(A Pamela)
Con
ansias te aguardaba papá y mamá,
Sin
embargo no sé, si tu o Dios
Retrasaban
esta expectativa.
Espera,
ahora que digo esperanza
Revivo
bien que aceptaban
La
voluntad del de arriba; no,
No,
solo toleraron esta larga inquietud
Sin
ti,
Hasta
quizás perdieron la fe en los
Momentos
más embarazosos
Al
no tener noticias tuyas.
¿Mil
preguntas para Dios surgieron?
Sin saber que acudiría, algo
Tremendo
para la estirpe.
Sí;
eres toda una celebración en el hogar,
En el
lugar de Dios.
¿Por
qué tanta espera?
No
sabemos, pero discernimos que eres
La
niña de los ojos grandes,
Que
escudriña y busca con firmeza
Al
creador.
¿De dónde
provienes?,
¡¡¡desciendes
de la misma eternidad!!!
Tus
ojos, tu mirada, tus cabellos, tu indiviso
Todo
indica que vienes de arriba.
Con
mucha bendición haz llegado a la morada
Bienvenida
hermosa niña
De
los ojos grandes.
Nadie
como tu aspiraban tu llegada
Tu
presencia cambia por completo
La
vida de papá y mamá;
Mudas
por completo las vidas.
Con beneplácito
comprenden
Que
Dios te envió, para dicha
No
por casualidad.
El Todopoderoso
propuesto tenía su prosperidad,
Por
los cuantiosos cambios
Que aprecian
a tu llegada;
Advenimiento
que bendijo a todo y en todo.
Así
de hermoso es tu arribo familiar
Gracias
Señor por lo que intimamos
Y
cumples a cabalidad tu promesa,
Aportando
a nuestro cuidado la niña
De
los ojos grandes.
Chendo ’13.
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